El efecto Zeigarnik y por qué las interrupciones te pueden ayudar a memorizar

El efecto Zeigarnik es una estrategia que escucharás a menudo en boca de los mayores gurús de la productividad. Ellos advierten lo que reflejaba un estudio de la psicóloga lituana Bluma Zeigarnik en el que la principal conclusión fue que empezar algo provocaba que necesitaras acabarlo. Una receta que en nuestros días nos sirve para evitar la procrastinación.

EL DESCUBRIMIENTO DEL EFECTO ZEIGARNIK

Aunque parezca mentira una cafetería fue la mecha que encendió esa investigación revolucionaria. El profesor de la universidad de Berlín Kurt Lewin había observado que los camareros recordaban mejor las comandas incompletas que las que ya habían sido pagadas y completadas.

Ojo que si tomamos mal las comandas todo el invento se va al garete. Eso puede provocarnos otros problemas: El estrés reduce nuestra memoria y para muestra un botón…

La psicóloga Bluma Zeigarnik, que era alumna de Kurt Lewin, quiso llevarse esa hipótesis en que se parecía intuir que acabar una tarea facilitaba su olvido a un entorno experimental y realizó un ensayo titulado «On finished and Unfinished tasks» (1927) donde testó su teoría.

Entre la serie de pruebas que hizo realizar a los varios participantes que le ayudaron destacó la separación entre dos grupos de personas ambos con un puzzle por completar, pero a uno de los dos grupos se les interrumpía sutilmente durante un momento de la realización.

Al acabar se entrevistaba a los dos grupos y se les interrogaba sobre detalles de la tarea realizada. Para sorpresa de la doctora Zeigarnik la hipótesis nacida de la observación del profesor Lewin parecía tener base: El 90% de los que interrumpidos eran capaces de recordar más detalles de los que habían acabado el rompecabezas sin obstáculos.

EL DESEO DE COMPLETAR AUMENTA LA MEMORIA

Bluma Zeigarnik descifró en 1927 una de las técnicas para aprender cómo mejorar la memoria más utilizadas en la actualidad. Los resultados sugerían que una vez empezada una tarea el ser humano tenía el deseo de seguir y eso podía hacer que se conservara en la memoria hasta que se hubiera completado. Por consiguiente, terminar la tarea iniciada permitía iniciar el proceso de olvido.

¿Cuánto de lo aprendido durante la preparación de una asignatura somos capaces de recordar después de un examen? Según lo que reveló este estudio a cada minuto que pasa después del examen recordamos un poco menos. Empezamos a desechar información con mayor celeridad una vez la meta está alcanzada.

OTROS ESTUDIOS DERIVADOS DEL EFECTO ZEIGARNIK

Varios estudios han complementado el trabajo de Bluma Zeigarnik dándole dos puntos más a tener en cuenta:

  • Mayor facilidad de recordar al no acabar. El psicólogo John Baddeley en 1963 realizó un experimento en que los participantes debían resolver un anagrama en un tiempo preestablecido. A todos aquellos que no tuvieron tiempo para completar el anagrama se les dio la solución. Después al preguntar a los partipantes la palabra resultantes se encontró que los que no lo habían completado fueron más propensos a recordar los anagramas.
  • La motivación es importante para memorizar. En 1953, el psicólogo estadounidense John Atkinson buscó darle una vuelta más al efecto Zeigarnik sobre la recuperación de la memoria y se centró en los aspectos motivacionales de la finalización de la tarea. Atkinson advirtió que los que tenían una mayor motivación para hacer la labor mandada se veían más afectados y propensos a recordar que los que fueron incapaces de completarla. En cambio, a los menos motivados el no completar una tarea no significaba nada especial y tenían menos capacidad de memorizar que los que habían completado la tarea.
John William Atkinson
John William Atkinson, uno de los pioneros del estudio de la motivación humana.

EL EFECTO ZEIGARNIK Y CÓMO MEMORIZAR MEJOR

La gran pregunta es si el efecto Zeigarnik podemos aplicarlo a nuestra vida cotidiana para retener información durante mayor tiempo y todo hace indicar que sí. Es posible ‘hackear’ nuestra mente con pequeñas trampas.

Para probarlo podemos intentar de ver un número de teléfono de pasada y tratar de evitar de recordarlo en su totalidad. Echar un vistazo a la información, familiarizarse con ella y entonces ‘interrumpirse’ – apartar la mirada de donde está escrito por un momento y pensar en otra cosa, antes de regresar unas cuantas veces más para recordar trozos de la serie. Por último, la pieza estos pedazos juntos y tratar de recuperar el número en su totalidad.

El efecto Zeigarnik es de uso más habitual de lo que creemos. De hecho, tanto en publicidad como en la producción cinematográfica como televisiva están a la orden del día con los famosos ‘cilffhangers’ o ‘Continurá…’ de los seriales e incluso en internet donde los titulares ‘clickbait’ son un claro ejemplo.

Efecto Zeigernik

PERFIL DEL AUTOR

Iñaki García
Periodista. Fundador de Diario del Dinero, creador de una Agencia de Marketing y muy interesado en el mundo de las finanzas y el emprendimiento.

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