Saltar al contenido
Proyecto Amigo| Iñaki García

Juego de Tronos a la española (y catalana)

La serie ‘Juego de Tronos‘ no volverá hasta 2019 a nuestras pantallas, sin embargo, parece que después de rodar en España no hay motivo para que nos aburramos hasta entonces, ni siquiera hará falta poner la tele y esperar semana a semana a ver qué ocurrirá en el capítulo siguiente. En España se han dejado el juego de tronos instaurado con un pequeño inconveniente: El invierno ha llegado y los dragones y los caminantes blancos están por todas partes.

El Juego de Tronos en España es más complejo y menos incestuoso

Como en Juego de Tronos es difícil establecer una fecha al inicio de todo, también es difícil (y queda feo) decir cuáles son los buenos y los malos, de hecho, seguro que cada persona tendrá los suyos.

Al igual que ocurre en Juego de Tronos el pueblo importa poco, los personajes principales hacen y deshacen a su antojo, y no parece importarles mucho sacar los dragones a pasear o envenenar a un ser querido.

Como pasa en el serial, casi todo está interrelacionado, es difícil hacer un movimiento sin hacer daño a algún conocido y aunque hay cierta cordialidad, parece que hay dudas sobre si es real o si tiene fecha de caducidad.

Juego de Tronos se dejó la serie en España hasta 2019
Juego de Tronos se dejó la serie en España hasta 2019

Pongamos nombres a los personajes en la política española-catalana

¿Quién se salva en el Juego de Tronos? Posiblemente nadie.

Carles Puigdemont ha buscado su legitimidad, lo votaron para que hiciera eso, recordemos el pasado no independentista de Convergencia i Unió y el verdadero motivo por el que se acogieron a esa idea a partir de Artur Mas (sí, sus políticas habían sido nefastas y su futuro político parecía tener fin). Se cogió a la bandera del independentismo, pasó por encima de unos cuantos e impuso un referéndum ilegal con el mensaje de que era la única opción.

Mariano Rajoy (o Soraya Sáenz de Santamaría) heredaba una crisis económica grave, aplicó políticas antisociales e impopulares, pero el alivio del contexto mundial apaciguó la crisis económica y como por arte de magia su manera de hacer política había triunfado. Fracasando en todo, había ganado al resto de competidores en su terreno en la comunicación. Y me explicaré bien para que no se me malinterprete. Rajoy solo tenía que decir que ellos iban con la unidad de España y el resto de partidos se autodestruyeron entre ellos. No hay nada como tener un discurso aprendido. Rajoy no tuvo que decir nada más, su mutis puso nervioso al resto que empezaron a decir cosas hasta caer en incongruencias o problemas internos, el gallego volvió a gobernar y en su mutis también pasó de problemas que existían, como el sentimiento nacionalista en Cataluña y la razón por la que los catalanes tenían que estar enfadados. Al final, el hombre que negó el invierno por no haber estado en el muro vio como el invierno era real. El estado de derecho le ampara, pero debe ser más inteligente en sus movimientos (y tener algo más de tacto).

Soraya y Mariano Rajoy
Soraya y Mariano Rajoy

Pedro Sánchez tiene algo de Jaime Lannister, y me vais a perdonar por ser el único al que he puesto comparativa por ahora. Era el candidato ideal, un prototipo hecho para gobernar y no lo hizo, lo echaron de mala manera, aunque él no quedó como el traidor (no es un matarreyes, pero si un pierdeelecciones, que tienen un efecto similar en la población: la decepción) sí que le cortaron una mano y luego volvió, cambiado, capaz (o eso parecía) de ver los errores que había cometido y pese a no saberlo podía tener un papel importante en la historia. Sin espoilear demasiado diré que Jaime acabó mojado por la causa, sin embargo, a Pedro aún se espera que se manche un poco el traje. Parece que todavía no se ha dado cuenta de que puede ser parte de la solución (y quizás está intentando centrarse demasiado en no ser parte del problema).

Pablo Iglesias y Ada Colau son esos personajes de apoyo que entusiasman u odias con sus aventuras, pero que sabes que algo importante guardan en su interior, aunque no sabes muy bien cuándo lo sacarán. El primero creó un movimiento y quiso montarse en un dragón y reconquistar muchos lugares que en tiempos pretéritos eran de izquierdas, pero cuando empezó el juego se encontró sin dragón y con problemas de novatos sin solucionar, ahora agita, pero no convence y está necesitando un golpe de credibilidad; el problema es que se ha quedado solo en un partido que ya no se acuerda cómo comunicaba para enamorar. Sin embargo, puede haber encontrado algo de aire, el rey se lo ha puesto fácil, pero eso lo hablaremos a continuación. La alcaldesa de Barcelona es el otro pie que hace la historia no sea un bien contra el mal, blanco contra negro, Barça contra Madrid. Tiene el carisma y posiblemente la inteligencia que ha faltado a muchos de los otros personajes, pero quizás tenga un ancla bastante grande al ser solo la alcaldesa de su ciudad cuando parece que tiene política para ser una presidenta de la Generalitat con cordura y mesura. Es una mujer de carácter, capaz de llamar cobarde a Rajoy e irresponsable al Rey y ponerse sobre los hombros la bandera de los derechos humanos. Odiada y querida por igual, quizás sea más importante de lo que parece en la resolución de la historia.

El Rey, como Robert Baratheon, ni estaba ni se le esperaba. Y apareció tarde y mal. No tiene el carisma de su padre, al que le restaban otros vicios, y en su afán por contentar a todos dirigió un discurso unitario, pero no conciliador. No hubo reparo con los heridos de ninguno de ambos bandos y deja su posición a manos de Rajoy. Su corona, posiblemente también lo esté, aunque ahora es un tema bastante secundario. Siempre pareció raro ver a un rey hablando de democracia, no podía esperar que solucionara el problema.

Rey Felipe VI
Rey Felipe VI

Final de temporada: ¿2019?

Las próximas elecciones están lejos, está por ver que fecha tendrán, aunque se esperan para 2019 como el final de la serie Juego de Tronos. Queda lo gordo, las piezas están en el tablero y lejos de solucionarse matando caminantes blancos como podría ocurrir en la ficción se deberían arreglar con diálogo.

El enemigo somos nosotros mismos. En estos días se ha podido comprobar la fractura social existente en España, el odio y la paz están presente en toda la geografía del país, aunque la sensación que más se puede notar es la tristeza.

La impotencia por la complejidad de la situación, la difícil solución y la ineptitud de los líderes que se han ido al invierno con bermudas tienen a la gente entre agitada y desanimada. No hay una solución que contente a ambas partes y no parece que la habrá, y prácticamente cualquier movimiento enojará a muchos (y más en esta edad del Facebook que vivimos). Por ello, y aunque vivamos en el Juego de Tronos real, por favor, amad al prójimo, hablad y no os hagáis mucho daño. No merecemos sufrir así por un trozo de tela, ni por un trozo de tierra.