Saltar al contenido
Proyecto Amigo| Iñaki García

Las personas perennes

Personas perennes.

Esto es una carta de amor para la chica que escribió un artículo titulado ‘Las personas tormenta’ en la revista Negratinta. En él se hablaba de esas personas que nos influyen, que nos dan un vuelco a nuestro mundo y que nos enamoran, en algunas cosas para bien y en otras para mal, pero esas personas nunca dejan que nada siga siendo igual después de haber pasado por nuestra vida.

Quien me conoce sabe que soy un tipo enamoradizo. Antiguo romántico, ahora algo escéptico, más por viejo que por diablo. En un tiempo pretérito creí que tenía cierto poder de intuición sobre quién iba a acabar saliendo conmigo, el truco funcionó la primera vez y una risa universitaria en un primer día de clase varias filas por detrás fue el presagio que guiaría una creencia. El mensaje a mi compañera de al lado fue simple: «Esa chica que ríe acabará conmigo». Todavía no me había girado cuando le dije eso y un año más tarde se cumplió el presagio. Suerte o no, eso no volvió a ocurrir. Hubo un tiempo en que cualquier excusa era buena para decir esa frase, el chasco llegaría más tarde. Un día aprendí que después de aquella frase hubo un año de pequeñas cosas que me llevaron a eso, el amor no tiene tanto de azar como parece, por ello, decirlo a menudo empezó a no tener sentido para mí.

Aún así debo reconocer que siempre hubo una razón para decirlo: Una risa atronadora, una sonrisa cautivadora, una mirada arrebatadora, unos ojos hipnotizantes, unos labios de pecado, unos hoyuelos deliciosos… Podría encontrar el amor en un vaso de agua. Sin embargo, más allá de conseguirlo o no, todas esas chicas siguen en mi mente, por características, por momentos, por sonidos, tactos, charlas o lo que sea, pero nadie sale una vez haya entrado. Y saliendo del amor, también entran en juego otras cosas abstractas como la amistad o el compañerismo, a veces incluso la educación o la humildad, unos valores que se pueden quedar marcados en tan solo unos segundos.

Sin embargo, esto es una carta de amor, para una chica que se quedó en mí con 26 líneas, una persona tormenta como diría ella, una persona perenne pensaría yo. No hay que mirar al cielo para encontrarlas cuando se van, ya que el cielo eres tú.